Qué es la sensación térmica
La sensación térmica es, como dice su nombre: la temperatura tal como la percibe/siente nuestro cuerpo. Esta variación entre la temperatura ambiente y el cómo la sentimos la causan de diferentes factores, habitualmente externos. Te explicamos el proceso.
Posiblemente has observado que muchas veces a 15 grados sientes calor y a 18 frío. En muchos casos no existe una concordancia entre la temperatura ambiental y la sensación que esta produce sobre tu cuerpo.
Nuestro organismo está preparado para funcionar de manera óptima a aproximadamente 37º. Por ese motivo, para regular y adaptar las posibles variaciones cuenta con un mecanismo de defensa.
Este mecanismo está basado principalmente en el aumento y la disminución de los vasos sanguíneos. A mayor temperatura el flujo sanguíneo aumenta y facilita la transpiración, haciendo que nuestro cuerpo elimine el calor sobrante, a la vez que nos refresca. En cambio, el frío disminuye este flujo y retiene el calor corporal.
Pero hay factores externos como humedad o viento que pueden alterar estos mecanismos.
Cómo actúa la humedad sobre la sensación térmica
- Con temperaturas elevadas la humedad altera la transpiración dificultándola y aumentando en nuestro cuerpo la sensación de calor.
- En cambio, con el frío la sensación de humedad nos empapa. Este “efecto mojado” no permite que nuestro cuerpo conserve el calor, ya que rompe la capa aislante de aire que tiene la piel o que podrían proporcionar ciertas prendas.
Ya hemos hablado en otros artículos sobre los efectos que la humedad tiene sobre la salud.
Como ves, además, vamos a tener que sumar a estos la alteración de la sensación térmica. Veamos que efectos puede llegar a tener.
Efectos del frío y del calor sobre nuestro cuerpo
- Efectos del frío
Vivir o trabajar sometido a temperaturas bajas durante tiempo prolongado, además de ser incómodo, produce fatiga y nos predispone a sufrir enfermedades.
- Efectos del calor
El aumento del ritmo cardiaco y la sudoración pueden producir múltiples problemas como: fatiga, debilidad, dolor de cabeza, náuseas, somnolencia…
Cómo evitar los efectos nocivos de la humedad en invierno
Para ayudarte a eliminar el exceso de humedad en invierno puedes utilizar prendas de lana (que absorben la humedad).
También, ventilar tu vivienda. Ya que abrir durante un tiempo breve las ventanas apenas influye sobre la temperatura ambiental, en cambio puede aliviar de forma notable la humedad en el ambiente. Igualmente te ayudará, tener alfombras que te aíslan del frío suelo a la vez que absorben la humedad ambiental.
Sin embargo, estos consejos son efectivos en cortos periodos de tiempo, y no ofrecen una solución a largo plazo. Muchas veces, los textiles que empapan acaban produciendo moho y agravando aún más el problema.
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